Hoy quiero hablar sobre la importancia de seguir una alimentación antiinflamatoria ya que considero que es básico para mantener el organismo saludable.

Antes de hablar sobre alimentación antiinflamatoria, es necesario saber qué es la inflamación, qué función tiene y por qué sucede.

La inflamación es un proceso natural que lleva a cabo nuestro sistema inmunológico con el objetivo de combatir ciertas sustancias tóxicas que entran en nuestro organismo.

Pero debemos distinguir entre inflamación aguda e inflamación crónica.

Hablamos de inflamación aguda cuando en un momento puntual nuestro sistema inmunológico se activa para defendernos de una

sustancia desconocida o tóxica como por ejemplo un virus, una bacteria patógena o alguna otra sustancia no adecuada para nuestra salud.

Es un proceso natural, el cual nosotros percibimos a través de la fiebre, el calor, enrojecimiento o hinchazón en un momento puntual de forma intensa.

Debe hacer su curso, por lo tanto, en estos momentos es adecuado descansar y evitar fármacos ya que frenan de manera brusca este proceso natural de defensa por parte de nuestro organismo.

La inflamación aguda es buena y necesaria ya que nos indica que nuestro sistema inmunológico está fuerte.

Por el contrario, la inflamación crónica se presenta de manera sutil y lentamente sin dar síntomas tan intensos como la inflamación aguda. Es importante tratarla ya que la inflamación crónica es el origen de muchas enfermedades.

¿Por qué sucede la inflamación crónica?

La inflamación crónica aparece cuando ingerimos ciertas sustancias o alimentos que no favorecen a nuestro organismo. Por ejemplo, una intolerancia alimentaria no tratada acaba provocando inflamación crónica. Además, hay algunos alimentos que tienen un efecto proinflamatorio; es decir, perjudican a nuestra salud, aunque su efecto sea sutil y no nos demos cuenta hasta que nos encontramos bastante mal.

¿Cómo sabemos si padecemos inflamación crónica?

Los síntomas de la inflamación crónica no siempre se perciben a través del sistema digestivo, aunque es muy frecuente. Algunos de los síntomas son los siguientes:

  • Hinchazón abdominal, malestar y desequilibrios digestivos
  • Sobrepeso o obesidad
  • Dolor articular
  • Problemas cardiovasculares
  • Fatiga crónica, fibriomialgia…
  • Dolores menstruales y desequilibrios hormonales

¿Te sientes identificada/o con alguno de estos síntomas?

 

¿Qué factores producen inflamación crónica?

 

  • Estrés prolongado
  • Mala gestión emocional
  • Sedentarismo
  • Alimentos proinflamatorios:
  1. Productos procesados
  2. Azúcar y derivados
  3. Cereales refinados
  4. Gluten, especialmente el trigo
  5. Exceso de carne y sobretodo carne procesada
  6. Grasas de mala calidad: hidrogenada, transformada…
  7. Lácteos, especialmente leche de vaca

¿Cómo podemos evitar la inflamación crónica y ganar salud?

 

  • Potenciar una alimentación basada en vegetales: verduras y frutas
  • Consumir grasas saludables, especialmente omega 3 (pescado azul, nueves, chía) y omega 9 (aguacate y aceite de oliva virgen)
  • Comer proteína de buena calidad y sin excesos: legumbres, pescado, carne y huevos
  • Reducir el consumo de cereales.
  • Evitar aquellos alimentos que nos sientan mal, o los alimentos con efecto proinflamatorio (comentado arriba)

A parte de estas pautas alimentarias, recuerda que también es básico realizar ejercicio regularmente, aprender a gestionar el estrés y las emociones y potenciar el contacto con la naturaleza.

Espero que este artículo te haya sido útil para mejorar tus hábitos alimentarios y que comprendas la importancia que tiene llevar un estilo de vida saludable.

Si necesitas o quieres modificar tus hábitos alimentarios y mejorar tu estado de salud actual, yo estaré encantada de asesorarte y guiarte en este proceso.

 

 Cuéntame tu caso y ¡mejora tu calidad de vida!

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