1.  No comas más de lo que tu cuerpo necesita: En general, estamos acostumbrados a comer grandes cantidades hasta saciarnos del todo y quedarnos con la sensación de “No puedo más”. En esta situación, el sistema digestivo tiene el doble o triple de trabajo y tú te quedas con malestar digestivo: digestiones lentas y pesadas, hinchazón abdominal y ganas de dormir. Es importante escucharte y saber frenar antes de acabar con este malestar. Según los ancianos centenarios de Okinawa una de las claves para la longevidad y buena salud es comer hasta llenarse al 80%.

 

  1. Respirar profundo y evitar comer con estrés. Para conseguir una buena digestión, debe estar en funcionamiento el sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso parasimpático se pone en marcha cuando el organismo está relajad, entonces este estado favorece al proceso de digestión. En cambio, cuando funciona el sistema nervioso simpático, hay un cierto nivel de estrés que dificulta este proceso. Es importante empezar a comer en un estado de calma. Si no es así, te aconsejo que hagas algún ejercicio de relajación antes de empezar.

 

  1. Evita el postre. Mejor resérvate para la merienda. Muchas personas toman la fruta después de comer como postre. Algunas lo hacen simplemente por tradición y costumbre. La cuestión es que si tienes poca capacidad digestiva y sueles tener digestiones muy largas, la fruta dificultará más este proceso. Por lo tanto, si este es tu caso, te aconsejo que la fruta la guardes para la hora de la merienda. Si te funciona bien comer fruta después de comer, no hay problema.

 

  1. Empieza tus comidas con un vegetal amargo. El sabor amargo favorece el proceso de digestión y ayuda al buen funcionamiento del hígado. Así pues, empieza con un entrante de sabor amargo. Algunas fuentes alimentarias que contienen sabores amargos son: las aceitunas, las endibias, la escarola y la rúcula.

 

  1. Añade germinados: Los germinados contienen un alto valor nutricional y en el proceso de germinación aumenta el desarrollo de enzimas digestivas. Estas enzimas digestivas facilitarán la digestión de los alimentos. Añade germinados en tus platos 😉

 

  1. Alimentos fermentados: La fermentación de los alimentos consiste en un proceso dónde se activa el crecimiento de bacterias. Estas bacterias son beneficiosas para tu flora intestinal. Podemos encontrar diversos alimentos fermentados, por ejemplo, el chucrut y otras verduras fermentadas (conocidas como pickles), kéfir y yogurt o el miso.

 

  1. Las verduras, las protagonistas de tus comidas. Las verduras son esenciales y deben estar presentes en todas tus comidas diarias. Las verduras contienen un tipo de fibra con efecto prebiótico, es decir, alimentan a tus bacterias beneficiosas. Si las bacterias buenas están bien alimentadas, tu sistema digestivo estará fuerte y tus digestiones serán adecuadas.

 

  1. Toma infusiones digestivas. Las plantas medicinales son ideales para ayudar a reequilibrar el organismo. Tienen un efecto suave y profundo. Actúan de manera sutil sin perjudicar ni provocar efectos secundarios como sucede muchas veces con la medicina alopática. Para ayudar a tu organismo a mejorar las digestiones, te recomiendo tomar infusiones digestivas como el poleo menta, el tomillo, el anís, el regaliz o la manzanilla.

 

  1. Un gran aliado, el Jengibre: El jengibre es un súper alimento muy potente que tiene muchos beneficios. Favorece la digestión y destaca por su poder antiinflamatorio y antivírico. Además, combate la hinchazón y el malestar digestivo. Puedes hacer infusiones con jengibre o añadirlo en tus platos (rallado o en polvo); consumirlo deshidratado o incluso saltear unas verduras con un poco de jengibre rallado.

 

  1. Hacer ejercicio: El sistema digestivo necesita movimiento interno para realizar bien sus funciones y mantener un buen tránsito intestinal. El sedentarismo no ayuda en absoluto. En cambio, la actividad física es muy positiva ya que estimula el movimiento interno. Por ejemplo: caminar, correr, bailar o lo que prefieras, pero es muy importante que te muevas. Personalmente, te aconsejo hacer yoga. El yoga te beneficia en muchos aspectos, moviliza la energía y tu sistema digestivo resulta muy beneficiado. En mi caso, cuando hago una sesión de yoga al mediodía, antes de comer, noto enseguida los beneficios a nivel digestivo. Las digestiones se vuelven mucho más rápidas y ligeras.

 

Des de aquí, te animo a que empieces a incorporar estas pautas. Estoy segura que tus digestiones serán más ligeras y te sentirás mejor (a mí me funciona).

Si aún así no consigues mejorar tus digestiones y crees que necesitas a un profesional que te asesore personalmente, yo estaré encantada de ayudarte.

¡CONTACTA CONMIGO!

 

Un abrazo, y te deseo mucha salud 🙂

Irene.

 

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